martes, 9 de agosto de 2016
domingo, 7 de agosto de 2016
POTESTAD ORGANIZATORIA
POTESTAD
ORGANIZATORIA
Es
el margen de autonomía que tiene la Administración para organizarse
valiéndose de las estructuras y funciones que se deriven o se encuadren en el
marco organizativo que señalen las normas constitucionales y leyes derivadas.
En función de
los distintos órganos, la capacidad de auto-organizarse varía. Así, la
creación de las Comunidades Autónomas y de las provincias es materia
reservada al poder
legislativo.
La
creación de municipios, tradicionalmente reservada al poder
ejecutivo, se remite ahora a la legislación autonómica. La creación de los departamentos
ministeriales es facultad del Gobierno. La creación de consejerías en
las Comunidades Autónomas se hará por ley autonómica.
POTESTAD
ORGANIZATIVA, REGLAMENTARIA Y REGULATORIA DEL ESTADO
Las
potestades públicas están conformadas por un conjunto de órganos y entes
adecuados jerárquicamente y a los cuales se les asigna competencia y
atribuciones en forma gradual y específica; de manera que la administración pública
constituye toda una estructura organizativa.
Estos
órganos y entes están constituidos por aquellas facultades o aptitudes para
obrar, exorbitante, con fuerza, ordenadora y coactiva, atribuidas
constitucional y legalmente a la administración pública, capaces de moldear el
mundo jurídico de los administradores, a los fines superiores del estado.
Es
decir, a través de otorgamientos de dichas potestades la administración pública
asume una posición de supremacía, pudiendo dirigir la voluntad de los administrados
e invadir su esfera privada, teniendo siempre como norte el desarrollo y el
bienestar de la comunidad.
En
tal virtud, puede crear universidades (artículo 75 de la Ley Orgánica de
Administración Pública), servicios autónomos, recaudar atributos, aplicar
sanciones, dictar normas (reglamentos, decretos instructivos); adquirir bienes
particulares en forma coactiva a raves de la institución de las expropiaciones.
Los órganos y entes fundamentales de esta estructura administrativa nacen o se
asignan inmediatamente en el mundo jurídico y por mandato constitucional, tales
como: la presidencia de la Republica, la Vicepresidencia de la Republica, las
procuradurías, las alcaldías, las gobernaciones, entre otros.
La creación de los ministerios,
los cuales son creados y asignadas sus competencias a través de un decreto
dictado por el Presidente de la Republica en el articulo 236 numeral 20 de la
Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, son órganos constantes
en la administración pública nacional, estadal y municipal. Como garantía para
el funcionamiento armónico entre los órganos que entregan el aparato estatal, está
el reconocimiento de la necesaria colaboración entre todos a efecto de dar
cumplimiento a los fines del estado.
Por
su parte la Potestad Reglamentaria o Normativa consta que la administración pública
está facultada para dictar instrumentos jurídicos de contenido normativo y
carácter sublegal; es decir, puede dictar normas con rango inferior a las
leyes. La administración pública está facultada para dictar normas dirigidas a
la colectividad en general; como por ejemplo los reglamentos y decretos
ejecutivos; o bien para dictar normas dirigidas a las personas que integran su
organización interna, como son los instructivos e
instrucciones.
EL
EJERCICIO DE LA POTESTAD ORGANIZATORIA
En
este caldo de cultivo la profunda crisis económica se ha traducido en una
crisis de “lo público” sin precedentes. De repente, todas las funciones y
formas organizativas parecen haber entrado en crisis y se apuesta como única
vía por la administración centralizada. La centralización de la gestión se ha
convertido, incluso, en la panacea frente a los problemas de gasto territorial
y eso ha hecho aparecer una idea novedosa: la devolución de competencias al
Estado.
La
consideración que realmente sería preciso poner sobre la mesa para predicar
esta posición es la del ahorro, esto es, si realmente la produce ahorro bien
porque la misma implica reducción importante de estructura bien porque el que
la obtiene consigue una gestión más eficiente con sus propios medios. En muchos
de los ámbitos donde se alude a esta posibilidad existe un alto grado de gasto
estructural en el que la titularidad de la gestión incide de una manera muy
reducida. Por tanto, lo importante para formular propuestas alternativas a las
actuales formas de gestión pasa por la cuantificación de las alternativas en
relación con la situación precedente. En todo caso y como idea central no
parece innecesario recordar que el mero cambio de titularidad no supone, en sí
mismo, un ahorro más allá de las supresiones que origine y que, sin despreciar
cualquier medida centrada el ahorro de gasto público, no son las más
importantes ni representativas lo que nos llevará en un futuro inmediato a
aludir al “repunte” del gasto público y a otros eufemismos similares que no
harán sino constatar el alcance de un proyecto reformista que no se centre en
la redimensión funcional y se sitúe, únicamente y sin mayor consideración, en
el plano puramente estructural y organizativo. Cuando esto ocurre parece
necesario iniciar un mínimo análisis sobre las causas por las que hemos llegado
a una situación de este orden aunque sea de una forma resumida y, ciertamente,
sintética. Podemos referirnos a los siguientes elementos:
A)
Falta de uniformidad en la tipología reflejo de la crisis general de la gestión
de lo público.
Las
referencias que hemos realizado anteriormente nos permiten afirmar que la
historia reciente de la potestad organizatoria ha sido un continuo “teje” y “desteje” nominal y formal en
relación con las formas de organización pero con una idea central: no existe
una forma única de validez generalizada para la gestión ni siquiera de la misma
actividad. Por decirlo de una forma más simple no hemos sido capaces de indicar
qué formula administrativa corresponde a cada función en un marco definido de
resultados y de eficiencia en la gestión.
De
esta forma hemos comprobado como ámbitos sectoriales como la sanidad se han
gestionado con formas centralizadas, descentralizadas funcionalmente en
organismos autónomos, entidades gestoras, fundaciones, fundaciones públicas,
sociedades mercantiles, concesiones, contratos, convenios, etc.….Realmente
podríamos decir que ni en este ámbito ni en el de los servicios sociales – como
dos de los más importantes en referencia a gasto y a formas de organización-
han sido capaces de encontrar un mínimo punto de encuentro sobre cuál es la
forma organizativa que es más acorde con la especificidad de la respectiva
prestación de servicios y que permite cumplir mejor con los principios
constitucionales de eficacia y eficiencia en el funcionamiento administrativo.
Es
cierto que cuando una realidad así se proyecta sobre la sociedad la imagen
final es de confusión porque el ciudadano no acaba de percibir cómo se debe
gestionar lo público y considera, por tanto, que la realidad plurimórfica en la
que nos hemos situado es difícil de entender y de justificar. De alguna forma
la falta de criterios en la ordenación de la gestión pública es la que ha
propiciado la “contingentabilidad” de la organización sin que ni siquiera se
plantee si la alternativa (razonablemente la Administración centralizada) es
más eficaz o más eficiente y, lo que es más importante, sin que se lleve el
debate a la propia función.
B)
El gasto como elemento de control Pero más allá de lo que acaba de indicarse es
lo cierto que una gran parte del problema está en el punto de mira del enfoque.
Así,
si consideramos que las decisiones de las organizaciones deben analizarse
únicamente desde la perspectiva de la reducción cuantitativa del gasto público
estamos limitando el enfoque y condicionando nuestro marco de actuación.
Reconociendo que la reducción del gasto público es, sin duda, un objetivo
central en momentos como éste es lo cierto, sin embargo, que eludir los debates
cualitativos y finalistas en estas decisiones marca una línea de reflexión en
la estrategia de reducción del gasto público. Por decirlo en otros términos,
pensar que toda la reducción necesaria del gasto se puede realizar con ajustes
organizativos es algo no probado y, probablemente, una mera ilusión óptica.
En
este punto cabe indicar que la sensación final que se proyecta en muchos casos
es, precisamente, esta. Se trata de cambios pensados en clave numérica y no en
clave funcional y ni siquiera de mejora prestacional. De alguna manera parece
haberse emprendido una carrera centrada en la obtención del éxito por el mayor
número de supresiones. Si estas supresiones son el fruto de una decisión
racional, fundada en la idea y en la convicción de la innecesaridad de la
estructura o de que la creación no respondió a un criterio racional, el éxito
está, sin duda, en conseguir el mayor número de supresiones. Pero sin aquel
convencimiento el debate numérico- constante la función y la necesidad prestacional-
es un debate poco sólido. El problema, insistimos, está en la falta de
uniformidad en el criterio de evaluación para la creación y para la extinción.
Sin un elemento de racionalidad comparativa todos los criterios innovativo y
extintito se sitúan en un terreno puramente coyuntural – en este caso de gasto-
que, finalmente, no acaba de ser el definitivo en la reducción propuesta.
PRINCIPIO
GENERAL EN MATERIA ORGANIZATIVA
La Constitución,
además de consagrar el conjunto de derechos de los ciudadanos y consagrar los
principios fundamentales del Estado, organiza y regula los principales órganos
e instituciones del Estado.
Así, el artículo 136
de la Constitución establece la distribución fundamental o primaria del Poder
Público en los siguientes términos:
“Art. 136: El Poder
Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder
Nacional. El Poder Público Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo,
Judicial, Ciudadano y Electoral.
Cada una de las ramas
del Poder Público tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que
incumbe su ejercicio colaborarán entre sí en la realización de los fines del
Estado.”
Además de establecer
la distribución primaria y fundamental del Poder Público y asignar competencias
entre los distintos niveles y ramas, la Constitución crea y organiza las
principales Instituciones Nacionales del Estado, como por ejemplo el Banco
Central de Venezuela.
Ahora bien, la
Constitución a pesar de distribuir el Poder Público en distintas ramas y
niveles, reconoce implícitamente que dicha organización es insuficiente para
lograr los acometidos del Estado. Por ello, la Constitución otorga potestades
organizativas con la finalidad de desarrollar los órganos e instituciones por
ella creados así como crear los organismos administrativos o entes públicos
necesarios para la cabal consecución de los fines del Estado.
Ley Orgánica de la Administración Pública
Gaceta Extraordinaria N°
6.147, que circula este martes 18 de noviembre de 2014, se publica el decreto
presidencial n° 1.393, mediante el cual se dicta el Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Pública.
Esta Ley establece los
principios, bases y lineamientos que rigen la organización y el funcionamiento
de la Administración Pública Nacional, incluyendo vicepresidencias,
ministerios, entes adscritos, consejo de gobierno, fundaciones y misiones.
También es aplicable a la
administración de los estados, distritos metropolitanos, el Distrito Capital,
el territorio insular Miranda y las de los municipios.
La ley refiere que la
Administración Pública está al servicio de las personas y su actuación está
dirigida a la atención de sus requerimientos y la satisfacción de sus
necesidades, brindando especial atención a las de carácter social.
Asimismo debe buscarse una
continua mejora de sus procedimientos, servicios y prestaciones públicas de
acuerdo con las políticas que se dicten.
NIVELES
DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA:
1.
Administración Pública Nacional
Se rige por las
disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública, esta Ley creada
con la finalidad de ampliar y organizar la administración del Estado atendiendo
a la organización y competencia de
los poderes públicos, establecidos en la Constitución de forma descentralizada,
regulando políticas administrativas
y estableciendo normas básicas sobre los archivos y registros públicos.
La Administración Pública,
es una organización que está conformada por las personas jurídicas estatales
(entes) y por sus órganos, como lo precisa la Ley Orgánica de la Administración
Pública Art 15.
2
.Administración Pública Central
Según el Artículo 45.de La
Ley Orgánica de la Administración Publica Son órganos superiores de dirección de
la administración publica Central, El Presidente o Presidenta de la Republica,
el Vicepresidente Ejecutivo o la Vice Presidenta Ejecutiva, El Consejo de
Ministros ,los ministros o ministras y los viceministros o viceministros.
Son Órganos superiores de
consulta de la Administración Pública Central, La Procuraduría General de la
Republica, El Consejo de Estado, l Consejo de Defensa de la Nación,
los gabinetes sectoriales y los gabinetes ministeriales.
2.1 El Presidente de la República.
El poder
ejecutivo reside en el presidente el cual tiene entre sus
funciones administrativas, el manejo de la Hacienda Pública Nacional:
Decretar créditos adicionales,
precia autorización de la asamblea nacional, negociar emprésteritos nacionales,
celebrar contratos de interés nacional, designar el procurador, fijar el numero
de ministros entre otros.
2.2 El Vicepresidente ejecutivo:
(Atribuciones Administrativas)
Dentro de sus funciones
administrativas, tiene la coordinación de
la administración pública nacional de conformidad con las instrucciones del
presidente.
Presidir el Consejo de
Ministros previa autorización del Presidente, coordinar relaciones con la
Asamblea Nacional, entre otros.
2.3 Los Ministros y Viceministros
Según el Art. 242 de la
CNRBV, los Ministros son órganos directos del Presidente, reunidos
conjuntamente con el Vicepresidente forman el Consejo de Ministros, son
responsables de sus propias resoluciones solidariamente, es decir que ningún
ministro puede escudarse en los demás, sus actuaciones se rigen por la Ley
Orgánica de la Administración Central, actualmente la conformación de los ministerios es
la siguiente:
Ministerio de Interior y
Justicia, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Finanzas,
Ministerio de la Defensa, Ministerio de Educación Cultura y Deporte, Ministerio de
educación Superior,, Ministerio de Salud y Desarrollo Social,
Ministerio del Trabajo,
Ministerio de Infraestructura, Ministerio de Energía y Minas, Ministerio del Ambiente y
de los Recursos Naturales, Ministerio de Planificación y
Desarrollo , Ministerio de Ciencia y
Tecnología,
Ministerio de la Secretaria de la Presidencia.
El manejo de los recursos
en los ministerios viene de la cuota que se le asignan del total del Presupuesto nacional,
consta de dos etapas, la primera de una formulación y la segunda que es la
ejecución. La cual distribuyen a sus dependencias por medio de Órdenes de Pago,
que le son depositadas en una entidad financiera del Estado.
A partir del año 2006 la
formulación y ejecución del presupuesto en los ministerios se está realizando
por la elaboración de proyectos,
solo los proyectos aprobados son los que recibirán recursos.
3.
Administración Descentralizada:
La descentralización de
la Administración Pública se desarrolla atendiendo al principio de simplicidad
en los trámites administrativos, para ello se creó la Ley de Simplificación de
Trámites Administrativos de 1.999, se destinó específicamente a desarrollar, en
detalle el principio de simplificación con el objeto de racionalizar las
tramitaciones que realiza los particulares ante la Administración Pública, para
mejorar su eficiencia, utilidad y
celeridad, así como reducir gastos operativos.
Articulo 30 LOAP "Con
el principio de profundizar la democracia y
de incrementar la eficiencia y eficacia de
la gestión de la Administración Pública, se podrán descentralizar competencias y
servicios públicos de la República a
los estados y municipios, y de los estados y municipios, de conformidad con la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley.
4.
Entes de la Descentralización Funcional:
Está clasificada en
Institutos autónomos, Empresas del
Estado, Empresas Matrices,
Fundaciones del Estado y asociaciones y sociedades civiles del Estado.
4.1. Institutos autónomos
Son organismos oficiales
con personalidad jurídica,
financiados por el Estado, esta figura se crea con la finalidad de que su desempeño sea
más ágil a la hora de brindar soluciones,
sin tener que recurrir a un nivel central.(no dependen de las decisiones de
Ministros o Consejo de Ministros)
Por ejemplo el INCE el
INVIC, es decir constituyen un modelo de
descentralización administrativa.
Debido a que en el manejo
de los recursos también gozan de autonomía, están sujetos a Rendir cuentas a la
Contraloría General de la Republica.
Su creación es por medio de
Ley desde la Constitución de 1961 y esta a cargo del Poder Legislativo.
4.2 Empresas del Estado
Art. 100 de la
LOAP."Son empresas del Estado las sociedades mercantiles en las cuales la
República, los estados, los distritos metropolitanos y los municipios, o alguno
de los entes descentralizados funcionalmente a los que se refieren esta Ley,
solos o conjuntamente, tengan una participación mayor al cincuenta por ciento
del capital social.
4.3 Empresas Matrices
Según el Art. 105 de LOAP,
se refiere la operación a la vinculación existente de varias empresas del
Estado en mismo sector y estas pueden ser creadas, por el Presidente, por los
Gobernadores y Alcaldes.
4.4 Fundaciones del Estado
Según el Art. 108 de la
LOAP, Son llamadas fundaciones a los organismos que funcionan con patrimonio del
Estado (mayor al 50%) , que se les considera de utilidad pública, por su
carácter artístico, científico o literario, por ejemplo el Centro Simón Bolívar.
4.5 Asociaciones y Sociedades Civiles
del Estado
Según la LOAP en este caso
la participación del Estado es en carácter de Socio o miembro con un aporte del
cincuenta por ciento o más del capital, deberán ser autorizadas por el
Presidente o Presidenta de la República, mediante decreto o a través de
resolución dictada por máximo jerarca descentralizado funcionalmente.
5.
Administración Pública Estadal
Los Estados, son entidades
autónomas, con personalidad jurídica plena, obligadas a mantener la independencia, soberanía e
integridad nacional y a cumplir la Constitución de la República, esta autonomía política, administrativa,
jurídica y tributaria, tienen sus límites en
la Constitución, en cuanto al ejercicio de competencias.
De acuerdo al Art. 160 de
CNRBV la administración de los Estados corresponde a los gobernadores, su
gestión será vigilada por el Contralor del Estado, la funciones legislativas
estarán a cargo del Consejo Legislativo los Consejos de Planificación y Coordinación
de Políticas Públicas actuaran para coordinar políticas de descentralización.
6.
Administración Pública de los Distritos Metropolitanos
Los distritos
metropolitanos surgen cuando dos o más municipios desean unirse ya sea para
compartir la misma actividad económica, social o física, pueden ser de una
misma entidad federal o distinta, lo cual será evaluado por la Asamblea
Nacional, ejemplo el Distrito Metropolitano de Caracas (formado por el Estado
Miranda y Distrito Capital).
La administración de los
Distritos Metropolitanos se realizara atendiendo a las condiciones
poblacionales, desarrollo económico y social, según el Art. 172 CNRBV, las
competencias metropolitanas serán asumidas por los órganos de gobierno del
respectivo distrito metropolitano.
7.
Administración Pública de los Municipios:
La administración de los
municipio corresponde al Alcalde, el control y
vigilancia de de los ingresos y
gastos corresponde al Contralor municipal, los cuales gozan de autonomía
orgánica según la Ley Orgánica de Régimen Municipal, el poder legislativo,
corresponde al concejo integrado por los concejales.
Normativa
Jurídica que la Rige:
La constitución de 1999
contiene un extenso título IV relativo al "Poder Público, cuyas normas se
aplican a todos los órganos que ejercen el Poder Publico tal como lo indica el artículo
136: en su distribución vertical o territorial (Poder Municipal, Poder
Estadal y Poder Nacional); y en el nivel Nacional, en su distribución horizontal
(Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral).
Para desarrollar los
principios constitucionales relativos a la Administración Pública, se ha
dictado la Ley Orgánica de la Administración Pública (en lo adelante LOAP), la
cual, como lo indica su artículo 1°, tiene por objeto general:
*Establecer los principios y
bases que rigen la organización y el funcionamiento de la Administración Pública;
*Establecer los principios y
lineamientos de la organización y funcionamiento de la administración Pública
Nacional y de la administración descentralizada funcionalmente;
*Regular los compromisos de
gestión;
*Crear mecanismos para
promover la participación y el control sobre las políticas; y
*Establecer las normas
básicas sobre los archivos y registros públicos.
En Conclusión:
Los actos administrativos
constituyen una parte esencial de la administración pública, para el logro de
los objetivos para el logro de los objetivos que esta pretende alcanzar siendo
el Derecho
Administrativo, una rama del Derecho que busca brindar a la sociedad por
medio de los servicios públicos para la satisfacción de las necesidades de la
comunidad. Los actos administrativos, son herramientas utilizados por la
actividad Administrativa.
En sentido amplio el acto
administrativo se aplica a toda clase de manifestaciones de la
actividad de los sujetos de la administración pública; y en el sentido
estricto, comprende y abarca a las "Manifestaciones de la voluntad del
Estado para crear efectos jurídicos", particularmente esta última, de
significación más restringida y especifica, se constituye en el verdadero eje
del derecho administrativo.
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